domingo, 25 de enero de 2009

Garitos emblemáticos


Dice mi amigo Kamawookie, que existe un Madrid mágico en el cual merece la pena perderse. Rincones que buscar y donde refugiarse de la rutina y los sinsabores que el día a día nos va marcando en la piel y en los huesos. Anoche, tras degustar unas tapitas por su barrio, me llevó a uno de esos lugares que él conoce. Un bar de Blues, el Beethoven Blues Bar, ese de la foto, donde los corazones rotos se remiendan y las tristezas se diluyen con la música.

Buen ambiente y mejores bandas. Gentes que llevan toda la vida tocando y que no lo hacen por dinero, como otros, desgraciadamente, sino por divertirse un rato. Alguien me dijo una vez que en esos bares solo tocan los fracasados. Pues que queréis que os diga, ¡viva el fracaso!. Aquí, la música nace música y vive sin edulcorar ni digitalizar. Sale desde las tripas, desde el alma, como los padres y las madres que los parieron. Con la fuerza y la intensidad, con la vida que van reflejando en cada una de sus notas.

Kamawookie, macho, tengo que darte las gracias por descubrirme este sitio tan entrañable. Volveré a saborear la música en estado puro, entre amigos y con una cerveza en la mano. ¡Yeahh!

Tu amigo, Mikel.

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